POR VERÓNICA SCHULMAN
El que nunca entendió el chiste :¿Cómo reacciona una persona cuando alguien le cuenta un chiste y no lo comprende?
Existen innumerables códigos que no manejo: si compartiese una cena con dos científicos e hiciesen un chiste sobre…átomos, posiblemente pondría cara de circunstancia y miraría hacia el costado o si, por poner otro ejemplo, si tomase el té junto a abogados y entre ellos bromeasen sobre el código penal (o lo que fuese) también debería sonreír y meterme una masita en la boca o esperar que, generosamente, los doctos en leyes me ayudasen a comprender.
Hay chistes que nos dejan afuera: ¿significa eso que son malos o que nos falta información para divertirnos con ellos?
Me ha sucedido sentir que no alcanzaba a comprender una obra de teatro o una película, que había algo que se me escapaba, suele pasarme con ciertos géneros como la ciencia ficción que maneja reglas específicas y que los seguidores comprenden a la perfección y disfrutan cuando se hace uso de ellas. Es oyendo hablar a los fanáticos del género cuando se alcanza a descubrir lo que ellos son capaces de encerrar, aquello que esconden a la mirada inexperta, pues son sus fervientes consumidores quienes realmente saben de él y lo juzgan con conocimiento pleno.
Personalmente considero que cada obra habla primero de si misma y del universo que construye, más allá del género en que se la clasifique y creo que si bien hay estructuras que son esperadas y disfrutadas por sus seguidores, son ellos quienes finalmente deciden si hay una propuesta nueva e interesante dentro de las reglas perfectamente conocidas.
Es por eso que siento que intentar un juicio de valor guiándome solamente por los códigos que comprendo es minimizar una propuesta debido a mis propias limitaciones, es por eso que intento sumergirme en cada universo que se me propone para desde ahí lograr una lectura particular y es por ello que no diría que un chiste es malo sólo por no haberlo comprendido.